Una etapa más en el camino de nuestra vida

Somos Enrique y Maribel, un matrimonio de la Parroquia, y nos han pedido que contemos la experiencia que hemos vivido estas vacaciones de verano haciendo el Camino de Santiago.

En nuestros años de matrimonio hemos disfrutado y compartido  muchos y muy buenos momentos en las  vacaciones de verano; con nuestros hijos, con la familia, con amigos, en grupos organizados, etc. Seguro que muchos de ellos los recordaremos siempre.

Este año ¡por fin!,  ha sido posible, y digo esto porque llevamos muchos años pensando en hacer el Camino de Santiago, era una ilusión que teníamos, algo que,  como dice Maribel: “tenemos apuntado en la lista de cosas que quisiéramos hacer”.

20140817_123748

El problema era que no sabíamos cómo;  solos o en grupo. Hablábamos con personas que ya lo han hecho y todas nos animaban a ello, pero unas veces por una cosa, otras por miedo a no saber si podríamos o no superarlo, siempre lo dejábamos para el año siguiente. Aunque de una manera u otra ya íbamos planificándolo poco a poco y sobre todo empezábamos a hacer el camino en nuestro interior…

Si en nuestro interior,  porque en el día a día del camino descubres que no es solo una actividad física o de ocio, también puede ser una gran experiencia que llegue al fondo del corazón.  A nosotros nos ha ayudado como personas cristianas, pero también sobre todo pensamos que ha fortalecido nuestro matrimonio.

Me refiero a preparar no solo los recorridos, la mochila y una pequeña atención a lo físico, también nos preparábamos interiormente.  Cada mañana,  antes de comenzar el camino en la  oración que hacíamos, pedíamos al Señor que nos diese fuerzas para llegar al final de la etapa, cada día buscábamos una motivación, alguien o algo que tendríamos presente en esa etapa. Al llegar la tarde siempre hemos buscado una iglesia donde dar gracias a Dios y además hemos tenido la suerte de poder participar de la Eucaristía a diario.

En el caminar conoces a muchas personas que van en tu misma dirección, aunque a distinto ritmo, con distinto punto de partida, con otra carga en la mochila, pero el camino y la meta es la misma para todos.

20140818_130512

Nosotros hemos vivido unos días apartados de la rutina diaria, comprobando en primera persona que necesitamos muy poco para disfrutar de la vida y encontrar la felicidad…

De vez en cuando es necesario parar y mirar hacia donde nos dirigimos, hacer inventario de qué  llevamos día tras día en nuestra “mochila” (en nuestro corazón,  en nuestra alma), y ver cuán pesado puede ser. Solo así descubriremos que muchas de las cosas que portamos lo único que hacen es lastrar nuestro caminar en la vida.

Hemos disfrutado de nuestro matrimonio compartiendo muchas horas que a diario no encontramos o no tenemos. Damos gracias a Dios por habernos permitido cumplir este deseo, aunque pensamos que Él ha sido quien nos ha empujado a hacerlo para alimentar un poco más nuestro amor.

En definitiva, Unos días de vacaciones para el descanso del alma y  al alcance de cualquiera…

20140821_101434