El Papa de la Humanidad

La intervención del Papa Francisco en la Eurocámara podría calificarse –además de histórica- de impecable.

Impecable porque abordó con total lucidez los principales problemas de calado social y económico por los que atraviesa Europa pero también porque ha conseguido que líderes de diversas ideologías –excepto alguna formación extremadamente radical- coincidan con buena parte de su discurso.

Cada vez que el Papa Francisco abre la boca logra algo que muy pocos altos mandatarios –por no decir ninguno- consigue hoy en día: transmitir un mensaje real de unidad.

Han pasado 26 años desde que el Papa Juan Pablo II se dirigiera a los representantes del Parlamento Europeo desde el mismo atril que ocupaba Bergoglio este martes 25 de noviembre, por eso es también una intervención histórica, en un panorama internacional que nada tiene que ver con el de 1988.

“Una Europa que no es capaz de abrirse a la dimensión trascendente de la vida es una Europa que corre el riesgo de perder lentamente la propia alma y también aquel «espíritu humanista» que, sin embargo, ama y defiende”, decía el Papa Francisco.

Bergoglio fue especialmente claro cuando habló de la dignidad del ser humano y, en concreto, preguntaba: “¿Qué dignidad podrá encontrar una persona que no tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir o, todavía peor, que no tiene el trabajo que le otorga dignidad?”. “Promover la dignidad de la persona –continuaba el Papa- significa reconocer que posee derechos inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie y, menos aún, en beneficio de intereses económicos”. “Parece que el concepto de derecho ya no se asocia al de deber, igualmente esencial y complementario, de modo que se afirman los derechos del individuo sin tener en cuenta que cada ser humano está unido a un contexto social, en el cual sus derechos y deberes están conectados a los de los demás y al bien común de la sociedad misma”.

De esta forma, el Pontífice se muestra, como siempre, al lado de los más desfavorecidos y no duda un instante en ir donde haga falta para dar voz a los que no la tienen; para caminar a favor de un mundo más justo y para recordar a los gobernantes que ‘el verdadero poder es el servicio’.

Equipo de Pastoral Obrera