Reunión Pastoral Universitaria 12/Mayo/2014

El último lunes del curso, en la pastoral acabamos las partes que nos quedaban del Credo, esta vez tocaba “El perdón de los pecados” (empezado en la reunión anterior), “La resurrección de los muertos” y “La vida eterna”. Las preguntas que se quedaron sin contestar en la penúltima reunión del curso anterior fueron:

¿Y la Iglesia puede perdonar? ¿Y nosotros podemos perdonar a los demás?

Sólo Dios puede perdonar del todo, por lo que, Jesucristo es Dios que viene a perdonarnos. Toda la misericordia de Dios se ha hecho carne en Jesús. Si toda la misericordia de Dios está en Jesús, fuera de Jesús, Dios no es más misericordioso. “Nadie va al padre sino por mí”

El perdón de Dios se ha hecho rostro en Jesús. Recibir a Jesús es recibir la misericordia. “A quienes perdonéis los pecados, le quedan perdonados”. La misión de la Iglesia es que la misericordia de Cristo se extienda, es decir, la Iglesia no sólo puede perdonar, sino que tiene la misión de perdonar.

¿Qué es arrepentirse? Distinguir entre pecado y persona. Rechazo mi pecado profundamente y valoro mi persona. No tendríamos que decir “soy una «mierda» porque he hecho esto”, sino “¿cómo siendo yo hijo tuyo he hecho esto?” “Yo no soy esto, no soy mi pecado”. Por mucho que pequemos no dejamos de ser criaturas de Dios.

En una segunda parte, estuvimos hablando sobre “La resurrección de los muertos”.

Creemos en la resurrección de los cuerpos, sube el alma a la espera de la resurrección final de los cuerpos. Sin cuerpo no se puede ver a Dios. ¿Qué cuerpos tenemos en el cielo? Un resumen de toda nuestra vida. En el cuerpo nos veremos como persona, sanados, nos veremos con el cuerpo que estamos viviendo.

Un alfarero moldea una vasija, en el barro fresco se puede moldear, al meterlo al horno ya no se puede volver a cambiar. Nosotros, antes de la muerte podemos moldear nuestros cuerpos para cómo serán eternamente. ¿Qué es la resurrección? Nuestro cuerpo no está aquí. El cuerpo cambia, ESTAMOS RESUCITANDO.

Todo lo que ahorramos en nuestra vida Dios lo devuelve con intereses, lo que le ofrecemos es la Eucaristía, cada vez que vamos a la Eucaristía, no sólo recibimos su cuerpo, sino que ofrecemos el nuestro, eso se lo ofrecemos a Dios y se deposita en el banco de la Eucaristía y lo recuperaremos después de la muerte. La Eucaristía es un acto de resurrección. Si no hubiera misas, posiblemente, no habría resurrección. (Le ofrecemos a Dios nuestro cuerpo y nuestra historia). Eucaristía y resurrección están, por tanto, muy relacionadas.

Por último, hablamos un poco sobre “La vida eterna”:

¿Cielo, purgatorio, infierno? Sólo hay dos sitios: Cielo e infierno. El purgatorio es el hall del cielo, le preparación para el cielo, restaurar eso que le falta a nuestra vasija. Del cielo o del infierno no se sale. Existe la posibilidad de una condena eterna, pensamos que es una posibilidad voluntaria. Dios te dice ¿te vienes? Y tú aceptas o no. Estamos aquí para que el mundo se salve. LA MISIÓN DE LA IGLESIA ES QUE TODOS LOS HOMBRES SE SALVEN.

Como recomendación leer estos evangelios que tratan también sobre el perdón: Simón y la pecadora.

Lc 7, 36-50: http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PVP.HTM