En tierra de toresanos.

Llegó el domingo. Partimos antes de que despuntara el alba y la jornada culminaba pasada la medianoche. Entre esa ida y vuelta, un día para disfrutar del arte, de la cultura, de la historia, de la gastronomía y, sobre todo, de la compañía.

Fuimos a Toro (Zamora) sedientos de ‘Aqua’ y regresamos colmados pero con ganas de más. Así que, no sería extraño que tengan que hacernos hueco en próximas ediciones de la exposición de Arte Sacro ‘Las Edades del Hombre’. Eso sí, ya en otros municipios como el segoviano de Cuéllar en 2017 o Aguilar de Campoo (Palencia) en 2018.

Volviendo a nuestro periplo por Toro, cuando llegamos a tierra de toresanos –así se les llama a los habitantes de esta bonita localidad que roza los 10.000 habitantes- nos recibió Eva, nuestra primera guía turística, con la que recorrimos lo más representativo del lugar: La Colegiata de Santa María la Mayor; la iglesia de San Sebastián de los Caballeros; la iglesia de San Lorenzo el Real y el Mirador del Duero en el Paseo del Espolón.

Colegiata de Santa María la Mayor

La Colegiata de Santa María la Mayor empezó a construirse en el siglo XII, es de estilo Románico en su fase de transición. En ella se puede ver el Pórtico de la Majestad, la antigua puerta principal de la Colegiata –una de las pocas portadas de la Edad Media que conserva su pintura original-, que representa escenas de la vida de la Virgen, de Cristo y del Juicio Final.

 

Iglesia de San Sebastián de los Caballeros

Reedificada en el siglo XVI a cargo del Cardenal Deza. Actualmente, alberga una importante colección de frescos góticos procedentes del Monasterio de Santa Clara.

Iglesia de San Lorenzo el Real

De finales del siglo XII, es de estilo Románico-Mudéjar.

Mirador del Duero en el Paseo del Espolón

Una breve historia de Toro se puede leer en un pequeño punto de información cuando alguien se acerca a este mirador: “Sobre el Duero se alza esta bonita ciudad declarada de Interés Turístico y Conjunto Monumental Histórico-Artístico. Sus orígenes se remontan a la época celtibérica. Sede real, morada de nobles, cuna de reyes –lugar de nacimiento de Juan II- fue cabecera de provincia y sus límites se extendían hasta las tierras de Carrión (Palencia) y Reinosa (Santander). Lugar de reunión de Cortes, las más célebres las de 1505 convocadas por Fernando el Católico, promulgándose las famosas Leyes que llevan el nombre de Toro. De su memorable pasado conserva un rico patrimonio artístico y otros legados de interés cultural como las tradicionales fiestas de San Agustín, Vendimia…”.

Unas vistas que invitan a reposar un momento para contemplar el paisaje.

Eucaristía en la iglesia de San Julián de los Caballeros

A la una del mediodía celebramos la Misa con la comunidad parroquial de la iglesia de San Julián de los Caballeros, coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana. Una parroquia acogedora y, por cierto, con un buen coro.

Allí, aprovechamos para inmortalizar nuestro paso por Toro.

Exposición ‘Aqua’

Por la tarde visitamos ‘Aqua’, título de la exposición de la XXI edición de ‘Las Edades del Hombre’, recorriendo los seis capítulos que la componen en dos espacios expositivos: la Colegiata de Santa María la Mayor y la iglesia del Santo Sepulcro.

Obras de Pedro Berruguete, Francisco de Zurbarán, Juan de Juni, Gregorio Fernández, Luis Salvador Carmona, Antonio López o Carmen Laffón conforman esta muestra que tiene como hilo conductor el agua, desde las perspectivas natural y antropológica pero también como elemento fundamental y presente en la creación y en la Historia de la Salvación.

En ‘Aqua’ la arquitectura cobra vida y es el marco de un mar repleto de obras escultóricas y pictóricas que evocan personajes que anteceden y allanan el camino del Salvador, haciendo hincapié en la figura de Juan el Bautista como enlace entre el Antiguo y el Nuevo Testamento; la relación de Cristo con el agua durante su vida terrena, desde su infancia hasta su ministerio público y su misterio pascual… Una muestra en la que tampoco faltan los utensilios que se utilizan en el sacramento del Bautismo –así como otros objetos relacionados con el agua bendita- y culminando con los santos, los ‘nacidos de nuevo’.

Los guías de la exposición acompañan a los grupos de visitantes, introduciéndonos en el epicentro de la historia donde lo humano y lo divino se acercan. Cuando sales de la muestra, de alguna forma comprendes que tú también formas parte de esa historia que aún tiene muchos capítulos que contar.

Iglesia Museo de San Salvador de los Caballeros

Después de pasar por ‘Aqua’, nos dirigimos a la iglesia museo de San Salvador de los Caballeros. Del siglo XIII, de estilo Mudéjar, perteneció a la Orden de los Caballeros del Temple. Actualmente es Museo de Arte Sacro.

 

Quesería Chillón Plaza

Nuestra última parada en la localidad zamorana de Toro fue en un lugar donde la tradición sigue viva de generación en generación. El Museo del Queso, de Queserías Chillón Plaza, nos abría sus puertas para explicarnos cómo elaboran este exquisito producto gastronómico fruto del trabajo artesanal familiar.

Tampoco se pueden pasar por alto las oraciones y cánticos en el autobús con nuestro párroco don Manuel a la cabeza. Además, en el trayecto de vuelta también dio tiempo para ver la película ‘Little Boy’.

Nos acordamos de los que no pudisteis venir, por lo que también nos acompañasteis en esta breve pero intensa peregrinación. Gracias a todos los que la habéis hecho posible.

Virginia R.L.