Amén, amén

La parábola del pastor y la puerta comienza con dos palabras extrañas, ajenas al griego: “Amén, amén os digo…” El Nuevo Testamento está escrito íntegramente en griego, pero conserva palabras semitas procedentes del hebreo y el arameo. ¿Por qué? Porque la comunidad humana en que nació el cristianismo hablaba arameo y rezaba en hebreo. Aleluya,Sigue leyendo «Amén, amén»