El miércoles, siete de diciembre, a las nueve de la noche, el arciprestazgo de Ciudad Real organizó la Vigilia arciprestal para todas las parroquias de la capital.
San Juan Pablo segundo, en una carta apostólica a toda la Iglesia, decía que el Rosario es también, desde siempre, una oración de la familia y por la familia. Esta fue la invitación, en este año, para la Vigilia de la Inmaculada, reunidos en la catedral, bajo la presencia de la Virgen del Prado: rezar con la familia y por la familia.
Al comenzar la celebración, se invitó a hacer un momento de silencio para sosegar el espíritu y ponerse en la presencia de María. Además, el sacerdote invitó a traer espiritualmente a todas nuestras familias para que ellas formen parte de nuestra oración sin olvidar a tantas familias que están viviendo felizmente su matrimonio y aquellas que están pasando por diferentes dificultades.
La estructura de la celebración fue el rezo del rosario por las familias. Después del enunciado del misterio y de la lectura del texto bíblico, se realizó un testimonio y una intención para la oración. En el primer misterio, Paqui Alfaro, su esposo e hijas hablaron de la belleza del matrimonio y rezaron en inglés. El segundo misterio, fue Reinaldo junto con su esposa que, con un castellano con acento venezolano, contó la experiencia de salir de su país y emigrar a España. Con una voz rota por la emoción, daba gracias a Dios por los acontecimientos de su vida y por sus cincuenta años de matrimonio. El siguiente misterio, rezado una parte en rumano fue ofrecido por Alina quien pidió por el Pueblo Ucraniano y dio gracias por las personas que le habían ayudado a crecer en la fe. Los dos últimos misterios los rezaron las Adoratrices y un seminarista. Hang de Vietnam y Rosi de la India nos pidieron rezar por las dificultades en las familias y por las diferentes esclavitudes de la mujer. Por último, Jaime, nos invitó a vivir la vida como una vocación y a rezar por las vocaciones al sacerdocio a la vida consagrada y al matrimonio.
Agradecemos su testimonio y la colaboración del coro formado por las distintas parroquias de Ciudad Real.
La Vigilia terminó con las letanías de la familia y con la oración de del Papa Francisco de Amoris Laetitia nº 325
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.