A quienes se van a ir de peregrinación a TIERRA SANTA.
Con motivo de la próxima peregrinación a Tierra Santa de algunos feligreses de nuestra parroquia, que se unen a las parroquias de Daimiel, ofrecemos este artículo del episcopado italiano.
(L’ Osservatore Romano del 24 de Julio 2015, Edición cotidiana, página 6. Traducción: Vicente Ruiz-Blanco)
“Son numerosos los viajes organizados por las diócesis italianas a TIERRA SANTA. PEREGRINOS SIN MIEDO”
JERUSALÉN, 23. Los peregrinajes son importantes y << nosotros los obispos deberíamos dar ejemplo. Hay tantos motivos para caminar, para no rendirse, deberíamos recordar que ciertamente gracias a la peregrinación, muchos vuelven a la fe, y además se trata de un modo concreto de ayudar a los cristianos de Tierra Santa>> No dejar que el miedo nos venza y partir con fe: este es el mensaje lanzado por algunos prelados italianos que también este verano han escogido organizar una peregrinación a Jerusalén con su propia diócesis. Entre esos, el obispo de Grosseto, Rodolfo Cetoloni, que estará en Tierra Santa desde el 20 al 27 de agosto con cuarenta y cinco fieles. <<Hoy – declaró a Tierrasanta.net – a los temores sobre la seguridad, que me parece francamente excesivos, para algunos se ha añadido la dificultad de afrontar los costes del viaje. Pero deberíamos recordar que la peregrinación a Tierra Santa es única>>.
Este año ha sido el empeoramiento del conflicto en Siria lo que ha alimentado los temores. El resultado es la constante disminución de los viajes, los hoteles vacíos incluso en temporada alta, el sistema turístico en crisis. Y, como consecuencia, la tentación para muchos cristianos árabes, que se han quedado sin empleo, de emigrar abandonando la Tierra Santa. Una crisis aún, superable, visto que la situación en los lugares santos es de total tranquilidad.
Monseñor Enrico Solmi, obispo de Parma, llevará a Tierra Santa, del 10 al 18 de agosto un grupo de ochenta y cuatro peregrinos, la mayor parte jóvenes de 18 a 30 años. << Es la etapa final de trayecto de tres años realizado con los muchachos de nuestra diócesis – relata don Pedro Salvadori, delegado diocesano de la pastoral juvenil y organizador del viaje – e, incluso si alguno ha renunciado por miedo, muchos otros se han sumado en el último momento, jóvenes de la Acción Católica y un grupo de scouts. Así, al final seremos muchos>>.
Incluso, ya retornado el obispo de Macerata-Tolentino-Recanati-Cingo- li Treia, Nazzareno Marconi, en Tierra Santa desde el 2 al 9 de Julio con una cincuentena de fieles: <<Se ha tratado – explica aTierrasanta.net- de una peregrinación tradicional iniciado en Galilea y terminado en Jerusalén. hemos tratado de encontrar incluso, las susodichas “piedras vivas”, es decir, los cristianos locales, porque una peregrinación no es nunca una cuestión de arqueología. No hemos percibido tensiones ni siquiera en Hebrón. Hablando como obispo, creo que una peregrinación a Tierra Santa es importante por dos motivos: para los fieles, es una oportunidad única de estar con su obispo y vivir con el pastor una dimensión diocesana; para el obispo, que en la vida ordinaria es un aspecto, encuentra mucha gente pero a menudo de forma superficial, una peregrinación de este género es una ocasión única para entrar en relación con sus fieles de modo continuado, para experimentar una convivencia que admite no quedarse separado de la gente. De otro modo – concluye- el riesgo es de no ser pastores con el olor de las ovejas>>, como exhorta Papa Francisco.
Entre los lugares más sugestivos de Jerusalén, a veces dejada de lado por los peregrinos, es el Eremitorio de Getsemaní, situado al pie del Monte de los Olivos, detrás de la basílica de la agonía, es un lugar que los franciscanos ponen a disposición de quienes desean vivir periodos de reposo, oración y silencio. Desde aquí se pueden admirar los muros de Jerusalén y el Valle del Cedrón. Que se encuentra en el lugar en el que Jesús invitó a sus discípulos a orar con él: “Sentaos aquí y velad conmigo (…) Vigilad y orad, para no caer en tentación>>( Mateo, 26,36-41)
Desde hace algunos años – refiere su dirección en red: http://www.romitaggio.custodia.org/, y de la http://es.custodia.org/ ( en español) – quienes gestiona el eremitorio es Fray Diego junto con Teresa Penta, laica consagrada de la comunidad mariana italiana “Oasis de Paz”. La “fraternidad” del Eremitorio es distinta de la comunidad de hermanos del convento del Getsemaní: << Somos independientes y, como responsable, vivo aquí haciendo de eslabón de la cadena entre los dos lugares>> explica Fray Diego. El Eremitorio, compuesto de nueve ermitas, puede hospedar tanto a pequeños grupos como individuales, a los que se les propone participar en la jornada “clásica” del lugar: a las 6 los Laudes y la Misa, seguidas a las 8 de la la Lectio Divina; la mañana está consagrada a la oración personal o al trabajo en el huerto; después del mediodía, a las 17,30, en la capilla del eremitorio, tras la hora de adoración, se recitan las Vísperas. ( Fin del artículo)
( Nota del traductor: espero que cada cual venga con ganas de repetir y renovar, no solo su viaje, sino su vida entera, como así le ha sucedido a más de uno y una, que estarían decididos a quedarse allí. ¡Buen Viaje! Con vosotros, iremos “en olor de oveja” al menos.)