Oracion 24 Horas con el Señor

“24 Horas con el Señor”

Arciprestazgo de Ciudad Real

Monición de entrada:

Desde el viernes hasta el sábado, los templos de las diócesis del mundo, se unirán a la jornada «24 horas para el Señor», ocasión propicia para vivir el Sacramento de la Reconciliación, en el contexto de la Adoración eucarística. El arciprestazgo de Ciudad Real, nos unimos a esta iniciativa de toda la Iglesia. Para empezar, vamos a ponernos delante de Dios, conscientes de su presencia. De rodillas y cantamos:

Todos: Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor.  Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor. Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra bendecid al Señor: honor y gloria a Ti, Rey de la gloria; amor por siempre a Ti, Dios del Amor.

1 – Gracias, luz y vida

Monitor: Comienza este rato de oración dándote gracias Señor. Después puedes leer en silencio los tres puntos de la reflexión para descubrir la presencia de Dios en tu vida.

Lectura del evangelio según san Mateo 11, 25-30: En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”.

Petición: ATENTO A LA LLAMADA Te pido, Señor Jesús que, al oír tu voz, no me haga el sordo, sino que esté dispuesto a escucharte y seguirte, cumpliendo tu voluntad. (cf. Ej. 91)

Reflexión en silencio

1.- Ponerse en presencia de Dios y dar gracias por tanto bien recibido. En un momento de silencio, le doy gracias a Dios por todos los dones recibidos. ¿Estoy muy agradecido en mi vida por …? Mirando mi historia, puedo darle gracias por aquellas cosas que en principio fueron negativas, pero luego me ayudaron a crecer (un problema, una dificultad, un error…)

2.- Pido luz para ver cómo está actuando Dios en mi vida

Se trata en este momento de pedirle al Señor que me dé luz. Que me conceda la gracia de mirarme con sus ojos, de mirar mi vida con sus ojos. Solamente la luz del Espíritu Santo nos dirá la verdad sobre nosotros mismos. Pídele al Señor que te ayude a descubrir su presencia en tu vida.  ¿Es Dios el centro de tu vida, corazón y pensamientos? ¿Es Dios una luz que me ilumina? ¿Cómo voy creciendo en mi vida espiritual?

3.- Repaso mi vida

Hago un repaso de lo vivido: actividades, experiencias, encuentros, trabajos… La pregunta clave puede ser ¿Qué ha sucedido en estos meses? ¿En este tiempo? ¿Descubro la presencia de Dios en mis acontecimientos? para ir respondiéndola como si fuera una película que se proyecta en mi cabeza…, como si Jesús me llevara de la mano para mostrarme lo vivido desde sus ojos. Doy gracias por todo lo vivido y vuelvo a pasar por el corazón en qué momentos sentí una mayor cercanía con el Señor. Mirando tú vida ¿Dónde sentiste alegría, paz o una sensación de placer?  ¿Y dónde te encuentras inestable, o sientes tristeza, temor o ansiedad?  ¿Dónde estaba o no estaba Dios en esto?  ¿Cómo respondes a Dios: con generosidad o con egoísmo, con honestidad o con engaño? ¿con vergüenza o arrepentimiento?  

Canto: Vaso nuevo

Gracias quiero darte por amarme. Gracias quiero darte yo a Ti, Señor. Hoy soy feliz porque te conocí. Gracias por amarme a mí también.

Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero. Toma mi vida, hazla de nuevo. Yo quiero ser un vaso nuevo.

Te conocí y te amé. Te pedí perdón y me escuchaste. Si te ofendí, perdóname, Señor,

pues te amo y nunca te olvidaré.

Antífona: El Señor es mi luz y mi salvación

Salmo 138 (A dos coros)

Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares.

 Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante y tienes puesta tu mano sobre mí; una ciencia tan admirable me sobrepasa: es tan alta que no puedo alcanzarla.

¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente.

Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar, también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha.

Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas

y la luz sea como la noche a mi alrededor!», las tinieblas no serían oscuras para ti y la noche sería clara como el día.

Tú creaste mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable.

¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra.

Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; mis días estaban escritos y señalados, antes que uno solo de ellos existiera.

 ¡Qué difíciles son para mí tus designios! ¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos! Si me pongo a contarlos, son más que la arena; y si terminara de hacerlo, aún entonces seguiría a tu lado.

 (…) Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior; examíname y conoce lo que pienso; observa si estoy en un camino falso y llévame por el camino eterno.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

Antífona; El Señor es mi luz y mi salvación

2 – Pedir perdón a Dios por los pecados cometidos

Monitor: Movidos por la gracia de Dios nos disponemos para pedir perdón con auténtica humildad. Pedir perdón es también un don de Dios. Reconocemos el amor de Dios en nuestra vida y queremos participar de él, acogiendo su misericordia. No miramos el pecado cometido, desde la desesperación o la tristeza, sino al Dios misericordia que nos perdona.  

Lectura del evangelio de Lucas 11, 9-15

Así, pues, habéis de orar vosotros: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así en la tierra. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos pongas en tentación y líbranos del mal.

Petición: DEMANDAR CONOCIMIENTO INTERNO DEL SEÑOR Te pido, amigo Jesús, que por mí te has hecho hombre y vas a entregarte en la Cruz, que te conozca internamente, como aquellos discípulos que te siguieron, y esté dispuesto a amarte y entregarme por ti ( Ej 104) 

Reflexión-silencio

En relación a Dios: ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me rebelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo: ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?

¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?

En relación a mí mismo: ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

Oración: Alma de Cristo (todos)

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén

3 – Mira hacia el mañana: piensa en cómo puedes colaborar de manera más efectiva con el plan de Dios.

Monitor: Evidentemente no podía faltar la determinación según la cual en la vida espiritual no avanzar es ya retroceder. Así nos dispondremos con todas las capacidades que nos ha dado Dios para corregir nuestra conducta guiados por la gracia.

Lectura del evangelio de San Juan, 1, 35-47

Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y siguieron a Jesús. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: ´Hemos encontrado al Mesías (que significa el Cristo)’. Y lo llevó a Jesús. Mirándolo Jesús le dijo: ´Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Piedra)’.

Oración: TOMAD SEÑOR Y RECIBIR (EJ 234) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, disponed de ello a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y vuestra gracia que ésta me basta. Amén.

Reflexión-silencio

Para ir terminando la oración, sigo conversando con Jesús sobre el tiempo futuro. Intento acordar con Él algún propósito concreto a la luz de lo examinado.

¿A qué me invitas Señor? ¿Qué me propones? ¿Dónde me envías? ¿Cómo me siento en este momento de mi vida? ¿A qué me lleva? ¿Tengo ilusiones y esperanzas para futuro? ¿Cuáles son los miedos que paralizan mi vida? ¿Qué cosas tengo que superar para vivir cumpliendo la voluntad de Dios? ¿Estoy ilusionado por cambiar de vida? ¿Cómo vivo mi ser cristiano? ¿Rutina, obligación, inercia social? ¿Creo que he descubierto de verdad la radicalidad de lo que significa? Termino la oración realizando un compromiso concreto.

Oración de san Ignacio (todos)

Ayúdame a clarificar mis intenciones. Purifica mis sentimientos, santifica mis pensamientos y bendice mis esfuerzos, para que todo en mi vida sea de acuerdo a tu voluntad.

Tengo tantos deseos contradictorios…
Me preocupo por cosas que ni importan ni son duraderas. Pero sé que si te entrego mi corazón haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.

En todo lo que hoy soy, en todo lo que intente hacer, en mis encuentros, reflexiones, incluso en las frustraciones y fallos, y sobre todo en este rato de oración, en todo ello, haz que ponga mi vida en tus manos.

Señor, soy todo tuyo. Haz de mí lo que Tú quieras. Amén.

De rodillas

Canto: Cerca de ti Señor

Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar; Tu grande eterno amor, quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu rostro ver en la aflicción.

Mi pobre corazón inquieto está, por esta vida voy buscando paz, más sólo tú, Señor, la paz me puedes dar; cerca de ti, Señor, yo quiero estar.