Siempre la Vida

Ciega y sorda de nacimiento, Hellen Keller tuvo la suerte de que una mujer invirtiera su juventud y toda su voluntad en ayudarla a salir de su aislamiento: Anna Sullivan consiguió un verdadero milagro, trabajoso e incomprendido a menudo por los mismos familiares de Anna, que solo buscaban su propia comodidad y el superficial deseoSigue leyendo «Siempre la Vida»